Adiós realidad
sábado, septiembre 27, 2014Mi pelo danzaba suavemente con el viento. Me gusta mi pelo, es castaño, es suave, es normal, a veces ondulado & a veces liso. Es color tierra, y huele a tierra mojada, a rosas, a frutas, huele a felicidad.
Mi pelo danzaba suavemente con el viento, mientras yo esperaba en la banca. Ese día, llevaba un jeans normal, unas converse, una polera común. Leía un libro mientras te esperaba, un texto atrasado para la universidad.
Y me imaginé vestida como siempre quiero vestir, con una faldita de las que vuelan al girar, una blusa blanca abotonada, unos oxford en mis pies. Pero no, vestir así siempre me ha dado vergüenza, una vergüenza que mis sonrojados pómulos no saben simular... así que visto común y corriente.
Y ahí, en la banquita estaba yo, leyendo, esperándote, imaginándome de mil formas, y poniéndoles nombres a los compañeros tuyos que salían de clases.
También, con cierto revuelco en mi estómago, pienso en cómo saludarte. Con un abrazo apretado, con un beso suave sobre tus labios, con un beso en la mejilla y una enorme sonrisa. Darte la mano, y olvidarnos del pesado día, darte la mano y volar.
Un perro se acerca a mi lado, sentándose a hacerme compañía. Es bonito, está un poco y me mira con gratitud, yo quiero hacerle cariño, pero mi alergia a las pulgas me impide acercarme demasiado.
Vuelvo a leer el mismo párrafo en el que voy hace media hora. Y de repente siento tu cercanía, pero no te veo. Entonces, cuando asumo que estás tras de mi, pones suavemente tu mano en mi cabello.
- Hola - me dices.
- Hola - digo sonriendo. Te quedas mirando, y yo no logró decidir que haré de todas las cosa que pensé. Finalmente te sientas a mi lado,y miras al perro con cara de ¿Y éste? - Vino a hacerme compañía. - Decidí besarte besarte en la mejilla. Y lo hice, pero tu cara es de vacío.
- ¿Eso no más? - Entonces, me rindo y me entrego a tu beso. Sonreímos.
- ¿Podemos tirarnos al pasto un ratito? - Acientes. Y ahí, en lo verde, junto al perro que nombre "Feliz", vemos las nubes pasar. Pasar mientras nuestras manos y respiraciones se mezclan hasta ser una sola.
Adiós realidad
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