Me gusta ser yo en la mitad del invierno, con la lluvia en la ventana, pensando en nada y en todo, sin apuro, sin temor, sólo frío, el frío que indica tenuemente, lo sola que estoy, y lo feliz que soy estando sola.
Me gusto yo, con una falda, en la mitad de calle Ahumada, mirando la gente pasar por el lado, sin decirme nada, con la brisa suave del otoño, y unas pantis calzadas, con la bufanda elevada, al son de pisadas.
Me gusto yo, al inicio de año, cuando creo que nada es en vano, y miro al pasado, sin anhelo ni llanto. Me gusta pensar, en pleno Marzo, el montón de oportunidades que llevo en el bolso, atado a mi mano.
Me gusta ser yo, en la mitad de la noche, con la manta enrollada a mi espalda, agudizando el oído para saber si pasó una micro o un auto por av. Nonatocoo, sin sueño, sin cansancio, esperando ser rescatada.
Me gusta mirarme al espejo, cuando estoy recién bañada, con el pelo enmarañado, y la piel mojada, cuando veo lo indefensa que soy, lo transparente que es, no sólo mi mirada, si no, mi esencia.
Me gusta caminar, por av.El Peral, hacia la cordillera, en pleno verano, es la única calle donde mis pies se siente livianos, con la sombra y rocío, de unos cuantos árboles bien sembrados.
Me gusta ser yo, cuando veo la realidad, frente a mi cara, y conozco mis debilidades, conozco mis fortalezas, y puedo sentir, que dentro de mi, esta el poder del cambio.
Me gusto yo, con una falda, en la mitad de calle Ahumada, mirando la gente pasar por el lado, sin decirme nada, con la brisa suave del otoño, y unas pantis calzadas, con la bufanda elevada, al son de pisadas.
Me gusto yo, al inicio de año, cuando creo que nada es en vano, y miro al pasado, sin anhelo ni llanto. Me gusta pensar, en pleno Marzo, el montón de oportunidades que llevo en el bolso, atado a mi mano.Me gusta ser yo, en la mitad de la noche, con la manta enrollada a mi espalda, agudizando el oído para saber si pasó una micro o un auto por av. Nonatocoo, sin sueño, sin cansancio, esperando ser rescatada.
Me gusta mirarme al espejo, cuando estoy recién bañada, con el pelo enmarañado, y la piel mojada, cuando veo lo indefensa que soy, lo transparente que es, no sólo mi mirada, si no, mi esencia.
Me gusta caminar, por av.El Peral, hacia la cordillera, en pleno verano, es la única calle donde mis pies se siente livianos, con la sombra y rocío, de unos cuantos árboles bien sembrados.
Me gusta ser yo, cuando veo la realidad, frente a mi cara, y conozco mis debilidades, conozco mis fortalezas, y puedo sentir, que dentro de mi, esta el poder del cambio.
