Una nube
viernes, abril 26, 2013
Una nube siempre es buen presagio: se acaba el bochornoso verano, comienzas los vientos cálidos, puede venir una llovizna, que siempre para una mente confusa y un poco atareada, pueden llenar de frescor instantáneo.
Es algo loco pensar, que al venir una nube, llega la claridad, pero el otoño es demasiado bueno para olvidar el pasado, y el invierno, no juega en vano. Cada café caliente en tu mano, cada abrigo envuelto en ti, ser humano; pequeños detalles de lana y algodón, que te dan el calor, que faltó en tu corazón.
Puedes salir un día con una nube en la cabeza, pero si respiras profundo, más de tres veces, junto al vaho de tu aliento, se desvanece. Y es cosa práctica llevar un paraguas, tomado de la mano de aquellos guantes que te adoran y te cuidan de la yagas.
El invierno nada se compara del verano, es ideal para estar aislado, fingir que por una tenue lluvia y un resfriado, debes quedarte en casa abrigado. El mejor chocolate calientes, las mejores fotografías nocturnas, los más maravillosos panoramas nocturnos, y solo con una taza en la mano.
Una nube siempre es buen presagio, te oculta del sol que intenta eliminarte, puede que a veces el frío sea tempestoso, pero jamás como un alud de lágrimas en tus ojos.
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