Me acuerdo como si fuera ayer, del el día en que vimos esa película, donde Violeta comía caqui y las gallinas la seguían por el campo. Recuerdo como si hubiese sido ayer, ese día, en el cine, cuando por primera vez te vi llorar por algo que conmovió tus recuerdos. Los recuerdo, hasta con olores. Recuerdo tu cuerpo rígido, negándose a sentir, y a una yo muy inmadura, que primero no entendía nada. Pues claro, no conocía ni la mitad de tu historia.
Hoy descubrí que han pasado casi 7 años desde ese día. En mis recuerdos, es tán fresco, que pensé que había sido hace menos tiempo.
Eisntein tiene razón cuando dice que el tiempo es relativo.
Para mi, eso paso ayer. Y lo que realmente pasó hace dos días, se siente tan duro como si fueran años.

¿Qué hice?
Una y otra vez la misma pregunta.
Y todo lo que sé, es que quiero correr.
No lejos de ti, sino, directo a tus brazos.

Lo chistoso es que, hace unos años, que en realidad fueron tres días, podía hacerlo libremente.
Y ahora, me temo, chocaré con una muralla.