El arte de escuchar

martes, junio 12, 2018

¿Cuándo aprendimos a escuchar?
Miro a mi alrededor y dentro de mi. Todo gira, rápido y lento a ratos.
Bocas hablando, bocas cerradas, bocas gesticulando.
Mi memoria, tan visualmente activa, que recuerda lugares y momentos como fotografías; no deja de escuchar, como palabras de alguien pisotean las de otro alguien antes de que cualquier discurso o parlamente haya terminado.
No hay respeto por nadie ni nada. Y tampoco hay medida para el intento vago de poder. El lenguaje construye realidad, pero también la destruye tan facilmente.

Pareciera que a nadie, incluida a mi, nos  enseñaron a escuchar. A mi me enseñaron a ser fuerte e imponerme. A luchar con la idea del otro, aún antes de saber cuál era.
Qué mejor batalla puede ser aquella, donde no dejas que tu oponente termine su jugada.
Pareciera que en una parte de nuestra mente, o quizá después de eso, en alguna parte de nuestra educación, nos enseñaron a destruir todo, abruptamente. Pisoteando a cualquiera.
Lo disfrazaron de "ganar", de "poner en su lugar al otro", lo disfrazaron de saber. Pero la verdad es que el origen bestial del interrumpir, de hablar cada vez más fuerte para saberse escuchado, del ver a dos personas gritandose, no representa poder alguno. Solo incomprensión, sólo guerras con miles de heridos y malos acuerdos. Sólo dos almas rotas que jamás comprendieron que en fondo, querían lo mismo.
Era más importante decirlo antes que el otro.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images