Cartas para mi
lunes, octubre 05, 2015
Mi querida cabeza de humo:
Parece que nuevamente estás triste. Hace tiempo no hablamos, en realidad hablamos siempre, pero no con las risas o relajo de antes... Ya sé que tienes miedo, yo también lo tengo. Pero algo me dice que quizás todo puede salir bien (ojalá pudiera asegurartelo), sé que eso necesitas, que te mire fijamente, y te diga "Todo estará bien, confío en ti", y también sé que lo necesitas porque hace mucho que no escuchas eso de nadie, ni al psicólogo has ido, para que te lo diga (aunque sea porque le pagas para eso), pero que te lo diga, ajajaja.
Sí, es tragicómico. Sé que piensas en cómo los personajes de tu serie favorita (PLL), a pesar de que su vida era un desastre, mantuvieron su confianza propia, sus sueños, y su cabeza clara. Quizá no tan clara, pero al menos no derramaban un mar de lágrimas a escondidas como tú, ya sabes, en el trabajo, en la casa, en la universidad, en el baño... siempre en el baño.
¿Recuerdas todas esas veces que prometiste no volver a llorar? Más menos desde que fuiste un poco consciente de tus actos... como a los 7 años (?). ¿Cuando te gritaban tus amigos, que eras la llorona, o tu mamá preguntaba enojada por qué lloraba y amenazaba con darte razones para llorar, o cuando te daban esos feos diplomas en el colegio de "la más sentimental", o tus primas no jugaban contigo por llorona ?
Cuanto ha pasado ya de eso... unos 14 años. Y sigues prometiéndote, con lágrimas en los ojos, y un dolor tremendo en el pecho, que no volverás a hacerlo... ¿No has pensado que quizá no se trata de no llorar, si no de hacer otras cosas, y dejar atrás a algunas personas, pero sobretodo olvidar. Olvidar las veces que te equivocaste y que hacen que hoy su recuerdo apoque los momentos nuevos que la vida tiene para darte?
Miedo. Parece que esa es tu palabra últimamente.
Miedo constante a fallar. Miedo constante a actuar mal. Miedo constante a equivocarte. Miedo a escribir, a dibujar, a reírte, a preguntar... Eso último es nuevo, y lo notaste, miedo a preguntar ¿Tú?¿Desde cuándo? Si eso era tu defecto y cualidad dependiendo el momento. Y para qué hablar de ese miedo, el que tiene nombre y apellido, y rima con perderlo.
Pero linda, tú sabes, en el fondo lo sabes, que por miedo, por culpa de él, peores decisiones se toman, porque tiritas, porque estás inseguro, porque no confías en nada. No ves lo bueno, no ves las oportunidades, las dejas pasar como estrellas fugaces, sin más, brillan a tu alrededor, pero el miedo ha vendado tus ojos, y tu corazón. Cada día, te duele un poco más, porque no late con fuerza, porque tienes miedo de que así sea, salir herida, de nuevo. De decepcionarte más de ti misma, más aún...
¿No te parece que es un circulo vicioso? Mientras más miedo tienes, más te equivocas, más heridas tienes, y menos confías en ti.
Y sé que duele mucho. Que palabras de aliento no lleguen, que cosas que esperas no sucedan, que los días se apoquen, y que ya no actúes por amor, porque te da miedo todo el amor que tienes, y ¿si no es correspondido? ¿Y qué tal si sí?
Confianza. Ahora esa es tu palabra.
¿Podrás confiar en lo que antes creías intrínseco, natural, y completamente obvio, lógico, e incapaz de no ser? Algo que ahora se acerca cada vez más a lo efímero, fugas e inquietante.
Podrá tu corazón dejar de estar ansioso, temeroso y tembloroso, tal como lo estuvo una vez, en que sólo lo recordabas por lo fuerte que latía en ciertos momentos de completa felicidad.
¿Podrás recuperar la sonrisa, imperfectamente brillante?
Yo, yo mi amada niña, te respondo que sí.
Te respondo que nadie vio la luz sin conocer la oscuridad.
Nadie recupero la confianza, sin antes perderla.
Porque como todas las cosas, cuando las pierdes, las valoras.
Y el miedo, el miedo no existe si confías en ti.
Aunque si hablamos de otras personas, tu sabes que es más difícil, si no se confía mutuamente (que creo que es el caso).
Pero mi niña, vive, respira, y anda. Y sobretodo, vuelve a sonreír sin fingir, sin miedo de como será la carcajada que tienes atorada en el pecho por meses. ¿Hace cuánto que no ríes muy muy fuerte, hasta que te duela el estomago? Mucho, yo lo sé.
Ser feliz, está sólo en ti. Lo sé, lo sabes, y lo sabemos.
Y olvida el miedo, porque quienes de verdad te aman, de corazón, lo hacen por quien eres. Quienes te aman, saben quien eres. Quienes te aman, saben de qué eres capaz. Quienes te aman, conocen tus sentimientos. Quienes te aman, te aman y puedo asegurarte que quieren que seas feliz, adivina cuál es el motivo, simplemente porque te aman.
Y tranquila, que el humo que tienes en la cabeza, se difuminará. Y verás más claro, más despejado, y con tranquilidad, que te espera algo hermoso, a la altura de tus sueños.
2 comentarios
siempre has escrito tan bonito cami y cada vez que te leo(porque lo hago aunque no lo creas) me siento tanto o mas cercana a ti que antes incluso, puede sonar extraño, no te veo hace mucho (años, meses?) pero tus palabras siempre llegan casi por arte de magia en el momento preciso, comparto mucho tus palabras y el/los sentimientos que vienen entrelazados. Gracias por dejarme leer lo que mi corazon y mi mente querian decirme y que sin saberlo plasmaste. un abrazo gigante, grande, bien grande, mas grande que todas las entradas juntas y ten en cuenta siempre, que a pasar de tiempo y la distancia, siempre podras contar conmigo. te quiero mucho
ResponderBorrarNatu, que lindo es ver nuevamente un comentario tuyo por aquí. Diría que eres mi única lectora en el mundo, y diría tambien que le debo mucho a este blog, porque siempre ha sabido mantenerme en contacto contigo... pero no sólo eso, sino que mantenerme en contacto con tus sentimientos. Siempre hemos sido muy parecidas, y creo que por eso, más de una vez, mis palabras encajan contigo. Y eso, eso de verdad que me pone feliz, porque cuando escribo aquí, lo hago para desahogarme o para ayudarme, y si ayudarte es lo que ínfimamente hago, me siento pagada de seguir manteniendo estos escritos por aquí. Te quiero mucho Natt, siempre estás presente para mi & obviamente, siempre puedes contar conmigo. Un abrazo apretado, y gracias por estar en este ciberespacio y hacerme sentir que lo que escribo tiene una razón de ser.
Borrar