Me he preguntado innumerables veces, si las lágrimas son mágicas... No puedo entender su procedencia ni tampoco, su valor infinito... Debemos seguramente tener una bolsita cerca del corazón o de algún lugar importante, algo misteriosamente hermoso, quizás sea un mar o una cascada de sabor dulce y salado, con olor a tristeza y calor a resignación...
Hay cosas hermosas dentro de las lágrimas, como ese pedacito de alma que se quiebra y da su último aliento, que mientras va cayendo, da su último resplandor y brilla con mil prismas de colores, esos que demuestran que no siempre fue infeliz... que se derraman como una gota de lluvia.
Las lágrimas también pueden ser por felicidad, cuando ese sentimiento te invade de alegría, las lágrimas te permiten brillar,  radiar a través de ellas, como escarcha diamantada o rayos de sol...
Hay que agradecer todo el apoyo que nos dan, siempre están ahí para realzar nuestro corazón y tratar de liberarnos del sufrimiento lo antes posible, son las únicas que nos acompañan a donde vayamos...
No quisiera conocer a alguien que no pudiese llorar...