Se había quedado dormida junto a mi (sí, otra vez). La verdad es que al principio disfrutaba verla así, totalmente ella, totalmente libre, absolutamente dulce y gruñona... completamente mía.
Lo disfrutaba, disfrutaba verla relajar su rostro hasta parecer un ángel que al despertar parecía haberse transformado en el más mundano milagro.
Pero últimamente ella dormía demasiado, bostezaba constantemente y cuando "dormía", se movía bruscamente hasta que me veía obligado a despertarla, y asustada, me explicaba que había sido una pesadilla.
Durante ese tiempo, comencé a cuestionarme si ella aún me quería, si aún me amaba, aunque sabía que nadie había tenido el privilegio de tenerla en envuelta en sus brazos, de besarla en los labios, de acariciarle el cabello, o ver florecer su cuerpo como yo. Nunca dejé de admirar toda esa ternura proyectada en su dormir, era un niña, y estaba yo ahí, para cuidarla de los demonios ocultos en sus pesadillas.
Por el momento, ella sigue dormida junto ami, aquí en el sillón. Yo estaba viendo un partido de fútbol (a ella le gustan), pero cuando terminó, comencé a ver un documental de mi banda favorita, que la verdad era bastante lento y ella "Puff" se durmió.
Así es mi amor, puede que hace un minuto estuviese saltando y bailando, pero dos minutos después duerme profundamente. Lleva puesta una camiseta (sin sostén porque los odia, y en cuanto llega se lo quita) y unas pantaletas con puntitos (hace un calor infernal), por milagro sus hermosas piernas velludas están suaves, y tiene un pequeño vestigio de chocolate en la comisura del labio.
La amo, y me gusta amarla.
La tomé en mis brazos (a pesar de lo delgada, pesa un montón) y la lleve a nuestra cama. Cuando la dejo recostada y lista para dormir, me agarra la camiseta, tirándome hasta ella y me besa tiernamente. Cuando me suelta, señala el espacio a su lado para que la acompañe. No me toma mucho tiempo apagar el televisor y mis brazos ya están a su alrededor.
Tan simple como dormir juntos, tan simple como eso me parece el paraíso.
Lo disfrutaba, disfrutaba verla relajar su rostro hasta parecer un ángel que al despertar parecía haberse transformado en el más mundano milagro.
Pero últimamente ella dormía demasiado, bostezaba constantemente y cuando "dormía", se movía bruscamente hasta que me veía obligado a despertarla, y asustada, me explicaba que había sido una pesadilla.
Durante ese tiempo, comencé a cuestionarme si ella aún me quería, si aún me amaba, aunque sabía que nadie había tenido el privilegio de tenerla en envuelta en sus brazos, de besarla en los labios, de acariciarle el cabello, o ver florecer su cuerpo como yo. Nunca dejé de admirar toda esa ternura proyectada en su dormir, era un niña, y estaba yo ahí, para cuidarla de los demonios ocultos en sus pesadillas.
Por el momento, ella sigue dormida junto ami, aquí en el sillón. Yo estaba viendo un partido de fútbol (a ella le gustan), pero cuando terminó, comencé a ver un documental de mi banda favorita, que la verdad era bastante lento y ella "Puff" se durmió.
Así es mi amor, puede que hace un minuto estuviese saltando y bailando, pero dos minutos después duerme profundamente. Lleva puesta una camiseta (sin sostén porque los odia, y en cuanto llega se lo quita) y unas pantaletas con puntitos (hace un calor infernal), por milagro sus hermosas piernas velludas están suaves, y tiene un pequeño vestigio de chocolate en la comisura del labio.
La amo, y me gusta amarla.
La tomé en mis brazos (a pesar de lo delgada, pesa un montón) y la lleve a nuestra cama. Cuando la dejo recostada y lista para dormir, me agarra la camiseta, tirándome hasta ella y me besa tiernamente. Cuando me suelta, señala el espacio a su lado para que la acompañe. No me toma mucho tiempo apagar el televisor y mis brazos ya están a su alrededor.
Tan simple como dormir juntos, tan simple como eso me parece el paraíso.