Observaba como tus ojos callaban, como tu rostro se relajaba, como tus labios se compactan a los míos, como, desde el fondo aparece una mueca sonriente en el borde de tus mejillas, como tu pelo se eriza levemente y tus manos acarician vestigios de seda en mi cabello... Observaba y observo, siempre, en cada beso, en cada palabra, tu rostro y tus mejillas sonrojadas... anheladas.
Entonces te mire, buscando una duda, un por que, una
disculpa tal vez; buscando algo que mi hiciera sentir culpable, encontrar en ti
la inseguridad que me permitiese aterrizar y entender que no estaba en el
cielo, que la perfección del lazo de tu alma y la mía, era solo mi imaginación,
pero en cambio encontré unos ojos... mucho más puros, más limpios, más seguros,
que me contemplaban dulcemente y difuminaban mis dudas, tu, tú y tu halo
exuberante de paz que me motivan a soñar y creer, seguir creyendo que todo es
posible... seguir sintiendo esto que a veces se siente atacado por las dudas de
la realidad, de lo terrenal y mundano, excusando a lo "normal" porque
tu & yo parecemos tan lejanos a la Tierra... tan cercanos al cielo.